Lo más emotivo fue el final: mientras la gente coreaba "¡toca Buitres y si muero hoy el cielo puede esperar!", se apagaron las luces y cuando volvieron rostros reconocidos de la música nacional, estaban junto a los protagonistas: Sebastián Teysera, de la Vela Puerca, el chirola de Hereford y todos los Trotsky.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Ejemplo corto de crónica periodística
Lo más emotivo fue el final: mientras la gente coreaba "¡toca Buitres y si muero hoy el cielo puede esperar!", se apagaron las luces y cuando volvieron rostros reconocidos de la música nacional, estaban junto a los protagonistas: Sebastián Teysera, de la Vela Puerca, el chirola de Hereford y todos los Trotsky.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Escribir un reportaje es como "hacer el amor"
—Escribir un reportaje es como hacer el amor
—Por qué
—Lo mejor está al principio y al final
A diferencia de esta última, cuyo texto decrece en importancia a medida que los párrafos avanzan, pudiendo, incluso, llegar a ser recortados; el último párrafo del reportaje debe ser el “párrafo del sabor”, el que deje al lector con el deseo de querer saber más, pero también que le cause una sensación de satisfacción.
Obviamente, el párrafo final de un reportaje no puede ser recortado y debe redondear el tema. Por eso, en varios casos, éste vuelve al inicio, al detalle, a los datos...
Leads noticiosos, el uso del tiempo
a) Un lead noticioso debe ir al punto, y el tiempo no precisamente refleja el hecho en sí, como en estos casos:
”Este lunes 14 de noviembre, los padres de Pamela Mardóñez, denunciante en el caso por acoso sexual e intento de violación contra el concejal secretario Enrique Ricaldi, presentaron el desistimiento de la denuncia ante el Concejo Municipal de El Alto, informó Marcelo Vásquez, presidente de la entidad municipal”. (ANV 15/11/05) (1)
”Este miércoles a las 10 horas en el estadio Municipal Cosmos 79, The Strongest y
En el primer caso, el centro de la noticia es el desistimiento de una acusación, y en el segundo la noticia gira en torno a un partido de fútbol en favor de una causa noble. Por tanto, las entradillas debieron comenzar por ahí.
b) La redacción de un lead es lo más importante de la noticia, así lo justifica su estructura de pirámide invertida, y se aconseja redactarlo siguiendo el orden lógico (sujeto, verbo, complemento) a fin no trabar su lectura. El adverbio de tiempo es un complemento que, mal empleado, puede dificultar la lectura, observemos este ejemplo:
”El 22 de diciembre del pasado año, fue suscrito entre YPFB y Fejuve El Alto, un convenio para el tendido de la red secundaria que permitirá la instalación de 78 mil conexiones domiciliarias de gas”. (ABI, 5/01/05).
En este caso, habría sido mejor seguir el orden lógico:
”YPFB y Fejuve de El Alto suscribieron el 22 de diciembre del año pasado un convenio para el tendido de la red secundaria que posibilitará la instalación de 78 mil conexiones domiciliarias de gas.”
c) Cuando las agencias de noticias envían sus despachos, lo hacen indicando la data, es decir la fecha y el lugar donde se originó la noticia. Ejemplo:
“
Si se quiere, es un error más estético; pero incorrecto por el choque de fechas.
La función de un adverbio es modificar al verbo, a los adjetivos o a otro adverbio, de ahí que su solución viene por ubicar al adverbio de tiempo (ayer, hoy, mañana, etc.) al lado o cerca del elemento al que modifica. Veamos en el primer caso:
”Los padres de Pamela Mardóñez, quienes denunciaron al concejal Enrique Ricaldi por acoso sexual e intento de violación, presentaron este lunes el desistimiento de esta acusación ante el Concejo Municipal de El Alto, informó Marcelo Vásquez, presidente de esta entidad municipal.”
Remarcamos con negrillas el verbo y el adverbio de tiempo, que van juntos, no dificultan la lectura y permiten que el lead arranque por el hecho en sí. Además modificamos dos elementos: la denuncia contra el concejal para que no se asuma como violación al funcionario, como se entendía en la primera redacción; y cambiamos una denuncia por acusación, ya que existían dos en un mismo párrafo.
En el caso del partido de fútbol, el lector, de entrada, es atacado con muchos datos como el día, lugar y la hora. Tomando en cuenta que éste casi hojea las noticias, no almacenará toda esa información, es mejor dársela de a poquito, además de que el titular de esa nota ya señala el lugar y el día del encuentro. Por eso sugiero el siguiente arranque ubicando, también, el adverbio cerca del verbo:
”Los equipos de The Strongest y
Ya en el segundo párrafo pueden indicarse el lugar y la hora del compromiso. Ahora, si se quiere poner el lugar en la entradilla, apelo a una entrada más creativa:
”La cancha del estadio Cosmos 79 contribuirá a una causa benéfica, los equipos de The Strongest y
Incluso, también apelando a la creatividad, se puede hallar otro giro a fin de comenzar con el tiempo.
”El pasto del estadio Cosmos 79 se vestirá de caridad este miércoles. Los equipos de The Stronguest y
Notas:
(1) No es aconsejable que en un mismo párrafo se repitan las mismas palabras ni sus derivadas, como sucede en este ejemplo con denuncia y denunciante.
¿El Internet o la Internet?, un par de precisiones
Por otro lado, cuando escribes esta palabra en un ordenador, el procesador de texto te corrige y pone la I en mayúsculo (Internet), esto se debe a que Internet funciona como nombre propio.
viernes, 25 de septiembre de 2009
Cómo se escribe: ¿Sinfín o sin fin?
"Riqueza sin fin en el Chaco" (
Al día siguiente me llegó un "memo" que me reclamaba por no corregir ese título; sin embargo, ésta era la forma correcta, por lo siguiente:
Sin fin se escribe en dos palabras cuando va como adjetivo y significa "innumerable" o "ilimitado", como en el caso anterior; y sinfín se escribe en una sola palabra cuando va como sustantivo y significa "infinidad" (ver aquí), por ejemplo: "En el Chaco hay un sinfín de riquezas". De esta manera, no sería correcto escribir "Riqueza sinfín en el Chaco" porque estaríamos diciendo: "Riqueza infinidad en el Chaco".
Ahora veamos los mismos ejemplos, esta vez con sus respectivos significados:
Sin fin (adjetivo) = innumerable: Riqueza sin fin en el Chaco / Riqueza ilimitada (o innumerable) en el Chaco.
Sinfín (sustantivo) = infinidad: En el Chaco hay un sinfín de riquezas / En el Chaco hay una infinidad de riquezas.
Cuándo emplear "que" y "de que"
Este titular salió en el periódico Opinión el 9 de junio de 2008:
"Presidente posterga diálogo y está seguro que ganará en el referendo"
Uno puede "asegurar algo" o estar seguro "de algo", pero no puede estar "seguro algo". Por eso el autor de la nota debió escribir:
Presidente posterga diálogo y está seguro de que ganará en el referendo
Otra falla se publicó en un pie de foto de la revista Escape:
"Miami luego que Castro delegara el poder" (Escape 10/8/06 p 19)
Lo curioso es que en el mismo reportaje hay un buen ejemplo:
"Una imagen de la isla un día después de que Fidel renunciara temporalmente" (Escape 10/8/06 p.21)
En realidad el problema con el queísmo y el dequeísmo es habitual en nuestra habla, en entrevistas con políticos, comerciales de radio y hasta en series y novelas. De hecho está tan extendido que ni siquiera lo notamos. "Yo dudo que él venga", cuando debe ser "yo dudo de que él venga", porque uno "duda de algo", no "duda algo".
Para solucionarlo, Álex Grijelmo recomienda formular la oración como pregunta y así podremos respondernos nosotros mismos. Por ejemplo: ¿De qué está seguro el Presidente? De que ganará... ¿De qué dudo? De algo. ¿Miami? ¿Luego de qué? De que Castro delegara el poder.
"Presidente posterga diálogo y está seguro que ganará en el referendo"
Uno puede "asegurar algo" o estar seguro "de algo", pero no puede estar "seguro algo". Por eso el autor de la nota debió escribir:
Presidente posterga diálogo y está seguro de que ganará en el referendo
Otra falla se publicó en un pie de foto de la revista Escape:
"Miami luego que Castro delegara el poder" (Escape 10/8/06 p 19)
Lo curioso es que en el mismo reportaje hay un buen ejemplo:
"Una imagen de la isla un día después de que Fidel renunciara temporalmente" (Escape 10/8/06 p.21)
En realidad el problema con el queísmo y el dequeísmo es habitual en nuestra habla, en entrevistas con políticos, comerciales de radio y hasta en series y novelas. De hecho está tan extendido que ni siquiera lo notamos. "Yo dudo que él venga", cuando debe ser "yo dudo de que él venga", porque uno "duda de algo", no "duda algo".
Para solucionarlo, Álex Grijelmo recomienda formular la oración como pregunta y así podremos respondernos nosotros mismos. Por ejemplo: ¿De qué está seguro el Presidente? De que ganará... ¿De qué dudo? De algo. ¿Miami? ¿Luego de qué? De que Castro delegara el poder.
Consejos para evitar un lenguaje sexista
Refiriéndose al texto como "verdaderamente clarificados y útil", Meana expone algunas soluciones:
-Frente a los difíciles y continuos dobletes con o-a, sugiere la utilización de genéricos reales como víctimas, personas, gente, vecindario, entre otros.
-Emplear el recurso de los abstractos: por ej.: “la redacción” y no “los redactores”, “la legislación” y no “los legisladores”.
-Cambios en las formas personales de los verbos o los pronombres. Por Ej. En lugar de “en
-Sustituir el supuesto genérico hombre u hombres por los pronombres nos, nuestro, nuestra, nuestros o nuestras, de la siguiente manera: en lugar de escribir “es bueno para el bienestar del hombre”... Poner: “es bueno para nuestro bienestar”.
-Usar el verbo en tercera persona precedida por el pronombre se: “se recomienda un uso correcto de la tarjeta”.
-Cambios del pronombre impersonal. Ej.: “cuando uno se levanta”, por “cuando alguien se levanta” o “al levantarnos”; “el que tenga pasaporte” por “quien tenga pasaporte”; “aquellos que quieran” por “quienes quieran”.
El buen y mal estilo periodístico
Si una persona comprende la importancia y la dimensión del Estilo Periodístico, seguramente sabrá qué, cómo y cuáles palabras, oraciones y giros lingüísticos utilizar cuando redacte un texto noticioso. Los estudiantes de Comunicación y Periodismo no llegamos a comprenderlo del todo, por eso me permito aclarar algunos aspectos.
El diccionario define al estilo como el modo de escribir de alguien, y Álex Grijelmo coincide con ello al afirmar que toda persona mostrará necesariamente un estilo. Sin embargo, esto no significa escribir incorrectamente, por eso el mismo Grijelmo hace una distinción entre el estilo correcto y el incorrecto (1).
Para simplificar, el Estilo Periodístico correcto es el que hace caso de la gramática, de las normas sintácticas y de un lenguaje característico del Periodismo (objetivo, claro, preciso y conciso). El estilo incorrecto, en cambio, es el que cae en errores gramaticales y utiliza giros y frases no relacionadas con el texto, llegando, incluso, a la ultrapuntuación.
“Debemos escribir como periodistas, no como políticos, abogados o economistas”, recomienda el Libro de Estilo de El País (2), y si echamos una ojeada al periódico y lo comparamos con un edicto, notaremos la diferencia. En realidad el fin es no caer en una redacción literaria ni en una coloquial, sino mantenerse en medio (3).
Ahora, dependiendo del subgénero o género que elijamos para dar a conocer un hecho, tenemos licencia en ciertas cosas y límites en otras. Por ejemplo, en la noticia no se puede opinar, por el contrario, el leguaje debe ser objetivo, ágil y escrito en tercera persona; en el reportaje, aparte de incluir una entrada “gancho” y de tener rigor en la información, se permiten giros literarios, lo que no sucede en la noticia; y una crónica da más libertad al estilo personal, pero de una manera cronológica en el tiempo, además de que aprueba la primera persona. Si mezclamos una cosa con la otra, lógicamente, estaremos cayendo en un estilo incorrecto. Hay muchas otras recomendaciones que hacen los autores, pero ése debe ser parte de un trabajo más extenso.
Para concluir, cuando una persona tiene dominio del Estilo Periodístico correcto, puede optar por buscar un estilo personal incluso en las noticias. Sin embargo, para lograrlo, debe pasar por la etapa previa, sino se estará cayendo en lo incorrecto.
(1) Grijelmo 1997:303
(2) El País1990:12
(3) Efe 2001: 18
El diccionario define al estilo como el modo de escribir de alguien, y Álex Grijelmo coincide con ello al afirmar que toda persona mostrará necesariamente un estilo. Sin embargo, esto no significa escribir incorrectamente, por eso el mismo Grijelmo hace una distinción entre el estilo correcto y el incorrecto (1).
Para simplificar, el Estilo Periodístico correcto es el que hace caso de la gramática, de las normas sintácticas y de un lenguaje característico del Periodismo (objetivo, claro, preciso y conciso). El estilo incorrecto, en cambio, es el que cae en errores gramaticales y utiliza giros y frases no relacionadas con el texto, llegando, incluso, a la ultrapuntuación.
“Debemos escribir como periodistas, no como políticos, abogados o economistas”, recomienda el Libro de Estilo de El País (2), y si echamos una ojeada al periódico y lo comparamos con un edicto, notaremos la diferencia. En realidad el fin es no caer en una redacción literaria ni en una coloquial, sino mantenerse en medio (3).
Ahora, dependiendo del subgénero o género que elijamos para dar a conocer un hecho, tenemos licencia en ciertas cosas y límites en otras. Por ejemplo, en la noticia no se puede opinar, por el contrario, el leguaje debe ser objetivo, ágil y escrito en tercera persona; en el reportaje, aparte de incluir una entrada “gancho” y de tener rigor en la información, se permiten giros literarios, lo que no sucede en la noticia; y una crónica da más libertad al estilo personal, pero de una manera cronológica en el tiempo, además de que aprueba la primera persona. Si mezclamos una cosa con la otra, lógicamente, estaremos cayendo en un estilo incorrecto. Hay muchas otras recomendaciones que hacen los autores, pero ése debe ser parte de un trabajo más extenso.
Para concluir, cuando una persona tiene dominio del Estilo Periodístico correcto, puede optar por buscar un estilo personal incluso en las noticias. Sin embargo, para lograrlo, debe pasar por la etapa previa, sino se estará cayendo en lo incorrecto.
(1) Grijelmo 1997:303
(2) El País1990:12
(3) Efe 2001: 18
"Pautas de redacción periodística", el manual de estilo de La Prensa
Bolivia, al igual que otros países, contribuye al buen uso del idioma español en los medios de comunicación. Una muestra de ello es el libro Pautas de redacción periodística, editada en 2005 por el periódico La Prensa.
Escrita por Luz Crspín y Miguel Tamayo, el texto disipa en un poco más de 60 páginas varias dudas sobre los errores de redacción más frecuentes que se cometen en el periodismo nacional. Faltas que van desde el uso de la tilde en algunos nombres, hasta la correcta utilización de algunos verbos generalmente mal empleados.
Lo interesante es que no se trata del único manual de redacción, pues en su bibliografía se menciona una guía de estilo perteneciente al desaparecido matutino Última Hora.
El filólogo Alberto Gómez Font, en su artículo Libros de estilo, necesidad de un acuerdo, se refiere a estas publicaciones como las "verdaderas guías de uso del español actual" por su empleo en los medios de comunicación y la influencia que éstos tienen en la gente. Asimismo, manifiesta su afán por recolectar una lista de todos los manuales existentes en el mundo.
En esta relación de textos existen 163 obras, y Bolivia no figura en ella. Pero hoy puede hacer un par de contribuciones con la Guía de estilo Última Hora (1995) y Pautas de redacción periodística (2005).
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