viernes, 10 de septiembre de 2010

8 consejos para corregir textos literarios

Una de las cosas más difíciles y a la vez más útiles es autocorregirnos mientras escribimos ficción. Como escritores, una de las cosas que podemos y debemos hacer siempre es corregir nuestros errores antes de entregar el manuscrito a un tercero. De esta manera nos aseguraremos de que la página ofrece aquello que realmente queremos transmitir. Esta corrección la podemos dividir en dos clases: gramatical y artística.

En nuestro proceso de creación literaria hemos ido encontrando una serie de elementos a tener en cuenta que ayudan a revisar los textos. Pero antes, ten en cuenta dos cosas: Una, esto es labor de edición. No la realices mientras estás en plena creación, es decir: escribiendo desde cero. Segunda: si descubres que estas sugerencias destruyen tu propia voz adáptalas tanto como puedas para que funcionen. Puede que lo que te funcione a ti sea diferente de lo que yo sugiero.

Corrección del arte de tejer historias

Para mí es mejor hacer de la corrección una parte de mi rutina diaria. Para algunas personas es mejor corregir lo que escribieron durante la sesión anterior. Si mientras corriges tienes estos puntos en mente… puedes acercarte algo más a eso que se considera aceptable.

1. ¿Estoy usando el punto de vista adecuado?

Lo mejor es, si empiezas una escena usando un punto de vista, que finalices la escena con el mismo punto de vista. El punto de vista debe pertenecer o bien al personaje principal o bien al personaje que tiene la visión más interesante de lo que está sucediendo.

2. ¿Finaliza el capítulo animando al lector a continuar leyendo?

Usa el final de cada capítulo para lanzar al lector ha02cia adelante. Son los enganches. Creo que hablé de ellos en un anterior artículo de la revista.

3. ¿La coreografía de la escena está suficientemente clara como para que el lector entienda como se mueven los personajes en ella?

Si manejas muchos personajes y durante la acción se mueven, te puede ser útil dibujar un diagrama para ilustrar sus movimientos y no hacer que se pisen unos a otros. Consulta el artículo: "Escenificando las escenas de acción".

4. ¿Los personajes piensan demasiado? ¿Actúan demasiado poco?

Decir lo que piensa un personaje y cómo reacciona es más fácil que describir la acción. Sin embargo es muchísimo más efectivo situar a los personajes en la acción y demostrar sus sentimientos e ideología en relación con el escenario y los otros personajes. Puedes hacerlo a través de la acción y el diálogo. Lee a Dashiell Hammett, era un maestro en esto. También Elmore Leonard.

5. ¿Quedan claros los motivos y las emociones?
Deja siempre muy claro al lector los porqués de tu personaje. Porqué actúa tal y como lo hace y porqué siente lo que siente

6. ¿Es realista el diálogo? ¿Tienen voz propia los personajes?

Ya que el diálogo te ayuda a avanzar la acción es muy fácil embarcarse en un diálogo pregunta-respuesta-pregunta-respuesta. No importa que des mucha información en un diálogo, lo que digas tiene que sonar creíble y natural. Ha de sonar como si dos personas estuvieran conversando. El diálogo jamás debe parecer un interrogatorio... a no ser que realmente lo sea, con lámparas, esposas y toallas mojadas.

7. ¿Das demasiados atributos al diálogo?

“El dijo” y “Ella contestó” deben usarse sólo para clarificar quien habla. Si gritan o suspiran debe demostrarse a partir de la acción y por lo que dicen. Evita cosas como “Ella replicó enfadada”.

8. ¿Avanza la historia?

¿Has contado lo que debe saberse del personaje en el tiempo necesario o has ofrecido demasiada paja? Recuerda esta máxima. Quita todo lo que sobre.

Puedes usar esta lista para empezar una propia. Es probable que añadas otros elementos a medida que te cuestiones tu escritura. Pero sobre todo recuerda que la corrección está reñida con la creación. Debes marcar dos momentos diferenciados para realizar ambas tareas. Mientras escribes, simplemente aleja al corrector que hay en ti y dedícate a escribir. Luego ya leerás tus páginas con ojo crítico.

Gramática

- Rodéate de diccionarios que puedas consultar. Busca manuales de estilo que sean adecuados a tu bolsillo... en las dos acepciones de la frase.

- Confecciona una lista con las palabras que tiendes a escribir con más frecuencia e intenta eliminarlas de tu trabajo sin que pierda significado.

- Busca los adverbios terminados en –mente. Mientras escribes quieres poner las palabras en la hoja o la pantalla cuanto antes, pero al corregir evita todo lo que retarde la acción. Estos adverbios lo hacen. Intenta cambiar los adverbios que acompañan a un verbo genérico por un verbo de acción más fuerte. Por ejemplo “caminó lentamente” por “deambuló”. No seas Lovecraft... Ya murió.

- Busca frases con pronombres confusos y arréglalas.

- Elige un estilo y adhiérete a él. Si a un editor no le gusta algo de tu estilo ya sugerirá cambios. No te preocupes