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martes, 5 de febrero de 2013

Los elementos del titular (parte 3)


(Trabajo tres)

Por: Andrés Gómez Vela

Como señalamos en las dos primeras partes de este libro, el titular cumple tres funciones:
Anunciar y resumir la parte más importante de la noticia;
Convencer de que aquello que cuenta es interesante o importante; y
Evadirse de la propia información que se resume, cobrar vida propia  y resultar inteligible por sí mismo, de manera que el lector pueda contar el hecho apenas leído el titular .

En líneas generales un título debe anticipar la noticia, no agotarla, y, por supuesto, informar y orientar, de tal modo que las personas que lean un titular tengan la idea completa de lo que sucedió o el interés suficiente como para quedarse hasta el último párrafo o hasta el último segundo de la noticia audiovisual. El titular es para el público de los medios como la carnada para el pez, con la única diferencia de que aquel no muere como éste, sino se alimenta de información y conocimientos.

El título

Bajo esta mirada el titular o título es una codificación comunicativa de elementos sistemáticamente dispuestos para facilitar a los públicos la comprensión de la realidad resumida en una información encapsulada en pocas líneas. Dicho de otra manera, es una ordenación sintáctica de palabras para resumir el texto periodístico, y, en ocasiones, incluso completarlo.

En este sentido, el titular tiene las siguientes partes o elementos:

-Antetítulo
-Título
-Subtítulo
-Epígrafe
-Sumarios

Podemos decir que el título es el principal elemento del titular, ergo el término titular incluye el título, pero no exclusivamente porque puede ser complementado con otros elementos como veremos más adelante.

Además, el titular se destaca fácilmente del resto por el tamaño de letra, es el más grande de todo el código comunicativo.

Dado que los otros elementos giran en torno al título vale la pena señalar que éste debe mantener independencia sintáctica tanto del pretítulo, subtitulo o sumario. Es decir debe entenderse por sí solo, su significado no puede estar ligado ya sea al pretítulo o subtítulo.

Generalmente los periodistas principiantes suelen cometer este error de atar el significado del titular al pretítulo; ejemplo:

Para la seguridad ciudadana 

La Alcaldía asegura que no hay recursos

----

Podía haber titulado del siguiente modo:

La Alcaldía paceña promete buscar financiamiento

No hay dinero para laseguridad ciudadana

---

En el primer caso vemos que parte del significado del título está ligado al pretítulo, es decir, el código comunicativo principal depende de uno complementario, cuando entre ambos debiera haber independencia sintáctica. Para evitar estas chambonadas se debe tomar muy en cuenta que, generalmente, el público primero lee el titular y, posteriormente, va al pretítulo y subtítulo.

La esencia principal del título debe ser satisfacer la curiosidad informativa del público sin necesidad de leer el resto de los componentes del titular, por ello mismo, insisto, debe ser independiente en su significado.

Titular de Página 7 de La Paz en su edición del 26 de enero de 2013:

Anuncia la puesta en marcha de una campaña internacional

Evo pide solidaridad a cuerpo diplomático en tema marítimo

Titular de La Razón de La paz en su edición del 26 de enero de 2013:

CUMBRE DE CELAC-UE EN CHILE

Evo: No habrá integración en la Celac sin mar para Bolivia

Ambos títulos aluden al mismo tema y tienen independencia sintáctica, vale decir que su significado depende de sí mismo y no del antetítulo.

Un punto que no hay que perder de vista es que el título debe responder a dos preguntas esenciales: Quién es la fuente de la información y qué hizo. El sólo hecho de comprender el qué y el quién o el quien y el qué (usted elige el orden de prioridad) basta para escribir un buen titular e informar con claridad a los públicos. En los títulos anteriores, el quien de la noticia es Evo (Presidente de Bolivia), y el qué, el pedido de solidaridad al cuerpo diplomático en torno al tema marítimo (Página 7); y la advertencia de la no integración en un organismo regional si no hay mar para Bolivia (La Razón).

Un ejemplo más, titular de Erbol Digital del sábado 26 de enero de 2013:

Uniformados hacían control de contrabando, asegura Dávila

Gobierno dice que Chile promete
resolver retención de soldados

En este último caso el quien de la información es el gobierno y el qué, la promesa de Chile de resolver la retención de soldados bolivianos. Es importante subrayar que la clave para un buen titular es conocer quien hizo qué o quién dijo qué.

El pretítulo 

El pretítulo o antetítulo es un elemento del titular que complementa al título y,  generalmente, emplea más palabras que éste y un tamaño de letra menor. Su función principal consiste en explicar o revelar datos o detalles importantes de la información que no aparecen en el título por razones de espacio.

Mientras el título narra la noticia, el antetítulo lo explica, lo desarrolla, lo complementa, lo sustancia, lo grafica. Sin embargo, debe ser redactado de tal modo que pueda leerse por separado para que la supresión, ya sea del título o el antetítulo, no impida la comprensión del código comunicativo. Aunque, muchos periodistas dejan que el pretítulo dependa en cierto modo del título, en lo semántico global (en vista de que se trata de un solo tema o idea), lo que no hacen es reproducir la dependencia en lo sintáctico, vale decir, en ligar la oración que figura en el título con la oración del antetítulo. Ejemplos:

Titular de El Deber de Santa Cruz, sábado 26 de enero de 2013:

INSTALARÁN CÁMARAS 
1.500 policías controlarán la entrada carnavalera

El pretítulo complementa la idea de la forma cómo será controlada la entrada carnavalera en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

Titular Los Tiempos de Cochabamba, sábado 26 de enero de 2013:

FEJUVE PIDE ANULAR EL COBRO DE MULTAS A LOS USUARIOS QUE NO ENTREGUEN BASURA RECICLADA
Exigen informe sobre los carros basurero

El pretítulo identifica la fuente resumida en el titular en el verbo conjugado en sujeto colectivo, además de dar obviamente detalles muy importantes acerca de la noticia.

Es aconsejable no repetir en el antetítulo palabras que ya figuran en el título o en el sumario por razones de estilo y, por supuesto, de fluidez sintáctica.

El subtítulo

En buenos términos es el título secundario. Si el pretítulo explica o complementa al título, el subtítulo describe el contenido de la información o narra las partes esenciales de la noticia resumida en el título. Se reconoce fácilmente porque está inmediatamente debajo del título, aunque también se usa para destacar o subrayar una idea en la estructura misma de la narración informativa. El subtítulo se caracteriza por tener más palabras y el cuerpo más pequeño. Ejemplos:

Títular Página 7, sábado 26 de enero de 2013:

Un informe oficial señala que sólo el 2,8% ocurre por fallas mecánicas

Alta velocidad, embriaguez e imprudencia causan accidentes

DATO El 44% de los accidentes se registra por imprudencia del chofer, el 18,1% por manejar ebrio y el 15,2% por exceso de velocidad. El reporte oficial corresponde a 2011.

En este caso, el subtítulo, que figura inmediatamente debajo del título y en tamaño y tipo de letra diferente a los otros dos elementos, describe la información resumida en el título.

Titular El Deber, sábado 26 de enero de 2013:

FUERON TRASLADADOS A IQUIQUE
Tres militares bolivianos son aprehendidos en Chile

Los soldados están acusados de cruzar la frontera sin autorización y portando un arma de fuego. En Colchane afirman que estaban asaltando a los lugareños. El Gobierno no se pronuncia. 

El subtítulo de este titular aporta mayores detalles acerca del incidente ocurrido en la frontera boliviano-chilena y señala un dato complementario respecto a la posición del gobierno nacional en torno al tema.
Obviamente, el subtítulo depende del título en su codificación comunicativa, pero no en su redacción. Vale decir, que el subtítulo no se entiende completamente sin el título, pero sí mantiene su autonomía sintáctica.
También suele llamarse, al menos en Bolivia, subtítulo al código comunicativo que figura entre los párrafos de una estructura de redacción para destacar una idea que figura en la información. Ejemplo:

Texto de El Deber que corresponde al título: Tres militares son aprehendidos en Chile, sábado 26 de enero de 2013:

Tres militares bolivianos fueron detenidos ayer al haber ingresado sin autorización al municipio de Colchane, en la región chilena de Tarapacá, cercana a la frontera con Bolivia, informó el ministro de Interior chileno, Andrés Chadwick.

En un primer encuentro con los periodistas, Chadwick señaló que hasta ahora solo tenían "los antecedentes del ingreso, del traspaso de la frontera" y que entraron "acompañados de un arma" y consideró que lo conocido hasta ese momento no daba para calificarlo "como un simple hecho policial".

 Sin embargo, horas más tarde precisó que los soldados bolivianos corresponden al Regimiento Satinadores (Satinadores de Selva Manchego) y portaban un fusil Falk de 7,62 milímetros "que corresponde a un arma de guerra".

Según reportes de medios chilenos, los militares efectuaron algunos disparos y pobladores de Colchane los acusaron de haber asaltado a lugareños.

Hoy van a audiencia

"No podemos descartar que se hayan efectuado disparos con esa arma. No lo podemos descartar porque a esta hora ya tenemos confirmados algunos testigos que habrían escuchado disparos, por lo que se ha ordenado el peritaje para ver si el arma fue efectivamente utilizada", añadió el ministro.

Chadwik indicó que durante las primeras horas de hoy se celebrará la audiencia del control de detención de los tres soldados, que ya están a disposición del Ministerio Público.

En 2011, autoridades chilenas detuvieron a 14 militares bolivianos por cruzar la frontera. Los soldados fueron detenidos y enviados a prisión, pero luego fueron liberados 

Hasta el cierre de edición, el Gobierno no se pronunció sobre el caso

MORALES PIDE AYUDA AL CUERPO DIPLOMÁTICO

El presidente Evo Morales pidió ayer a los embajadores acreditados en Bolivia su cooperación en el objetivo nacional de lograr una solución a la histórica demanda marítima del país, durante el saludo protocolar del cuerpo diplomático. “Bolivia nunca se va a quedar callada. Vamos a seguir una campaña internacional, ya hemos decidido, por eso, su comprensión, su participación para resolver una demanda, un problema histórico de tantos años”, dijo el mandatario ante un auditorio en el que faltó el cónsul general de Chile en Bolivia, Jorge Canelas. El embajador de España, Ángel Díaz de Tuesta, señaló que es un asunto bilateral entre Chile y Bolivia. En la misma línea, el embajador de Brasil, Marcel Biato, dijo que es un tema “que los dos países están manejando”.

En este texto de El Deber aparecen dos subtítulos, que cumplen dos funciones: destacar un hecho y separar ideas comprendidas en un mismo cuerpo.

Epígrafe

El epígrafe no es noticioso y sirve para encuadrar temática o geográficamente el texto informativo que encabeza. Por ejemplo en una página de deportes pueden figurar las palabras temáticas: tenis, ciclismo, balonmano; o pueden haber términos que identifican regiones: La Paz, Santa Cruz, Beni. En definitiva, sirve para identificar una sección, un tema, un caso: Nacional, Narcoamauta, Terrorismo, respectivamente; y casi siempre aparece en la parte superior de la página. Ejemplo:

Epígrafe Página 7, sábado 26 de enero de 2013:

Nacional 

Un informe oficial señala que sólo el 2,8% ocurre por fallas mecánicas
Alta velocidad, embriaguez e imprudencia causan accidentes

La palabra nacional es el epígrafe, en este caso identifica la dimensión regional de la información que resume el titular.

Sumarios

Los sumarios son textos que resumen una parte de la estructura informativa y están desplegados en ventanas o espacios abiertos en medio de las notas; también aparecen como cuadros destacadas con un color distinto para diferenciarlo del cuerpo central, donde se escriben datos para destacar un detalle importante o se registran punteos de las ideas más sobresalientes de la noticia central.

La disposición de sumarios depende mucho del estilo de diagramación de las publicaciones impresas, generalmente se usa en las revistas o medios con diagramación arrevistada, que tienen espacios en blanco para darle mayor aire al texto o facilitar la lectura.

Historia del titular (parte II)


(Trabajo dos)

Escrito por: Andrés Gómez Vela

¿Dónde se les ocurrió resumir las noticias en pocas palabras y líneas para invitar a la lectura? Gran parte de los autores coincide que el titular nació en América por las necesidades y urgencias informativas. La prehistoria del periodismo describe que en su etapa ideológica (cuando el periodismo era estrictamente opinativo), entre la primera mitad del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial, las unidades informativas carecían de titular y de ilustración, las publicaciones estaban llenas de letras diminutas separadas por espacios en blanco, franjas o cintillos.

En ese tiempo, se encargaban de poner titulares los vendedores, los ciclistas, los canillitas (diríamos hoy), quienes para atraer la atención sobre las hojas impresas vociferaban un desordenado resumen de los artículos que figuraban en la edición.

El periódico de aquella época, generalmente de cuatro páginas, no era más que un conjunto de noticias monotemáticas con alta carga ideológica, no tenía secciones, y, sus títulos eran breves sintagmas nominales, se resumía a una sola palabra (por ejemplo “Perdón”, “Lucha”, “Guerra”) que no reflejaba el contenido de la noticia y tampoco atraía la atención.

Robert E. Garst y Theodore Bernstein  aseguran que el titular tiene su origen en Estados Unidos (EEUU) y señalan que hasta el Siglo XX los diarios rotulaban o etiquetaban sus noticias; “eran simples enunciados sin verbo que indicaban el tema y contribuían al orden de las páginas y clasificación de noticias”, dicen.

Con motivo de la Guerra de Secesión en EEUU se produjeron los primero intentos de titular las noticias de los distintos frentes, pero en realidad se trataba más bien de sumarios que explicaban historias en una columna, de arriba abajo, con las líneas separadas por un filete .

Martín Vivaldi escribe que eran periódicos no titulados simplemente rotulados y aclara que el título periodístico es informativo, declarativo, mientras que el rótulo es simple anuncio de algo, por ello mismo “es antiperiodístico por su vaguedad e imprecisión”.

Obviamente, lo propio sucedía en Bolivia, donde durante la insurrección independentista (1809-1825), los pasquines rebeldes tenían breves rótulos sobre el tema que trataban, al igual que los volantes que eran tirados en los pueblos ya sea por las fuerzas realistas o independentistas para proclamar sus triunfos. Esta característica se extendió a los periódicos fundados al mismo tiempo o después de la República en 1825.

Eloi Martínez, basándose en Antonio Espina, resalta que, en las primeras décadas del siglo XX, las noticias de hechos que tenían mucha importancia se hallaban sueltas “entre el mazacote de las secciones, apreciándose un titular neutro y anodino y a continuación varias noticias sin epígrafe separadas por un breve guión”.

Manuel Vigil Vásquez rememora títulos que no dejan de ser sino pintorescos recuerdos de los comienzos del arte de titular, tales como “lamentable suceso”, “El suceso de anoche”, “Nota de la Dirección General de Seguridad” o “Execrable crimen en el Rastro” .

Garts y Bernstein sospechan también que los titulares tal y como los entendemos hoy, que se extienden a lo largo y ancho de la columna de un diario, son fruto de la Guerra de Cuba de 1898 y, posteriormente, de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, López Hidalgo subraya que a medida que avanza el siglo XIX los titulares aumentan tanto en título y número de palabras, como en tamaño, individualizando y refiriéndose de un modo cada vez más informativo a la noticia que encabezan. Asímismo combinan distintos tipos de letras en su confección y añaden más elementos al conjunto, como son los subtítulos.

María José Ruiz Acosta, citado por Antonio López Hidalgo, sostiene que esta concepción del titular se mantiene hasta que una serie de factores que aparecen a finales del Siglo XIX y a principios del Siglo XX modifican su concepto y el del periódico como medio de comunicación. Tres causas principales propician esta evolución:

1. La aplicación cada vez mayor de los adelantos técnicos que tímidamente comienzan a utilizarse durante el Siglo XIX (telégrafo, teléfono).

2. El cambio de la situación política (Tras la Revolución Francesa), y el arraigo de temas sensacionalistas (asesinatos de personajes conocidos) van a provocar que el interés del público se desplace de los primeros hacia los segundos, de un marcado carácter populista.

3. El nacimiento de periodismo de empresa, es decir, la fundación de nuevos medios impresos, que ahora aparecen acompañados y respaldados económicamente por una organización de tipo industrial, que garantiza la viabilidad del periódico, al tiempo que lo presenta como un producto mercantil con el que se pretende ganar dinero.

En Bolivia, el primer periódico que asume la producción de noticias como industria informativa es El Comercio, que nace antes de la Guerra del Pacífico (1879), y ya redacta los titulares con las características conocidas hoy.

Durante el transcurso del Siglo XX el periodismo se vuelve un producto más informativo que opinativo. Este cambio, junto a los tres aspectos mencionados con anterioridad, llevará a los diarios no sólo a sustituir los rótulos por titulares sino a buscar con ellos y en ellos una llamada de atención, ese flash que atraiga al lector a descifrar la noticia.  Pero es efectivo a partir de 1950, cuando se institucionaliza en casi todo el mundo la pirámide invertida. Vale decir, cuando se comprende que el lead (primer párrafo) es el resumen de lo más importante de la noticia y el titular es la extracción de lo más esencial del lead.

Recurriendo a Garst y Bernstein, tal y como exponen en su libro, Headlines and Deadlines, se puede decir que uno de los primeros rótulos que tuvo apariencia de titular fue el que puso, en 1781, “The Boston Gazette” en la portada de un extra que constaba solo de una página para dar la noticia de un hecho en la historia de las colonias. Un gran titular alertaba “Cornwallis Taken”. Evans cita también como antecedente las ocho líneas con las que The Times encabezó las noticias que llegaban de Francia en 1789: “France./ Confinement/ of the/ King, Queen,/ and / Royal Family,/ and/ The Attempt to Murder the Queen”.

Por supuesto que estos casos fueron un simple balbuceo de la nueva prensa. Según Lorenzo Gomis , las guerras impulsaron el desarrollo de los titulares, entre ellas la guerra civil estadounidense. “Pero –explica- estos no eran titulares que se extendían a lo largo de la página sino una especie de sumarios que explicaban la historia en una columna, de arriba abajo, con las líneas separadas con un filete. Porque el titular que se extiende de lado a lado de la página fue resultado de la guerra entre (Joseph) Pulitzer y (William Randolph) Hearst por la supremacía periodística, confrontación que tuvo su punto culminante en la Guerra del Cuba, en 1898”. Pero Gomis advierte que no fue hasta la guerra europea de 1914 cuando el hábito de los titulares a toda página tomó carta de naturaleza en la historia del periodismo.


Sin embargo, en Bolivia, los titulares en la prensa comenzaron a posesionarse en la segunda mitad del Siglo XIX, al igual que en el resto de los países de América. El periódico El Comercio escribió en febrero de 1879 el siguiente titular a plena apertura para informar sobre la invasión chilena: “El 14 de febrero tropas chilenas tomaron por asalto el puerto de Antofagasta”. “Mejillones y Caracoles en poder del invasor”. “Todo el pueblo con el gobierno para defender la patria”. “¡Viva Bolivia!”. “¡Viva el Perú!”. “¡Abajo Chile!”.


Ver texto original en el blog de Andrés Gómez 

Redacción periodística: El titular (parte 1)


(Trabajo uno)                                                

Andrés Gómez Vela

A diferencia de lo que sucede en las matemáticas, en el lenguaje el orden de factores, en este caso de palabras, sí altera el producto final, lo que no sucede en la ciencia exacta, donde el orden de factores no altera el producto. Vale decir que, en una operación de multiplicación, por ejemplo, 5x7 tendrá el mismo resultado que 7x5 (35). En cambio, si escribo, “Vieja loca” no tendrá el mismo significado que “Loca vieja”. En el primer caso, una mujer vieja está loca; en el segundo, la loca es vieja porque su locura data de hace mucho tiempo, aunque ella en edad sea joven.

Por ello, la Redacción Periodística se resume a la buena administración de las palabras acorde a las reglas del lenguaje y la creatividad del periodista. Dicho de otro modo, se trata de dar forma a través de las palabras a la realidad que queremos convertir en noticia, que no es más que el hecho o dicho que interesa a los públicos de los medios de comunicación y se caracteriza ya sea por ser sorprendente, increíble, estremecedor, paradójico, trascendental, llamativo, importante, o, sencillamente, interesante.

Es probable que en este sentido el profesor español José Luis Martínez Albertos tenga razón cuando dice la “Redacción Periodística es la ciencia que se ocupa del estudio de unos determinados signos –naturales y técnicos- ordenados en una unidad de pensamiento con el fin de transmitir datos e ideas de interés general a través del periódico o de cualquier otro medio de comunicación de masas”.

Sin embargo, más que una ciencia, en realidad la redacción es una técnica que alcanza el nivel de arte cuando se ensambla con el talento del periodista. Obvio que una persona puede conocer las reglas gramaticales y escribir llanamente bien, sin embargo, esa escritura alcanzará dimensiones geniales solo cuando sea capaz de recrear el mismo lenguaje a la hora de ordenar los signos, las palabras como lo hacen los poetas, literatos o periodistas.

Sobre estas bases racionales se puede afirmar que para hablar no hay que ser un genio, pues, habla hasta la persona más tonta porque el lenguaje oral viene genéticamente codificado, lo que no sucede con la escritura, que no está en los genes, sino es el resultado de un aprendizaje, que puede alcanzar dimensiones sorprendentes cuando  se cimenta en el talento personal que, paradójicamente, sí está en los genes.

Dado este breve preámbulo, comencemos por la primera parte de una noticia, El Titular o Título , que no es más que la mejor expresión del talento del periodista y el escaparate donde se expone la inteligencia de la persona que presenta la noticia en pocas y acertadas palabras.

Jorge Luis Borges , en el prólogo a la obra de J. W. Dunne, “Un experimento con el tiempo”, escribe: “algún historiador de la literatura escribirá algún día la historia de uno de sus géneros más recientes: el título. No recuerdo ninguno tan admirable como el de este volumen. No es meramente ornamental; nos incita a la lectura del texto y el texto, ciertamente, no nos defrauda. Es de carácter discursivo y abre posibilidades magníficas a nuestro concepto del mundo”.

El titular, como dice Borges, tiene como función principal incitar a la lectura o despertar curiosidad en el público para que se acerque al primer párrafo de la noticia y de ahí no parar de leer hasta el último párrafo.
Una conocida frase anónima señala que “un titular debe ser como una minifalda en una mujer hermosa: lo suficientemente larga para cubrir lo importante y lo suficientemente corta para mostrar lo interesante”. En otras palabras, sugiere que no vale la pena decir todo en el titular para picar la curiosidad del lector, radioyente, televidente o internauta, y, de ese modo, seducirlo a quedarse y no voltear la página en el caso de un periódico o hacer zapping en el caso de un noticiero de televisión.

Sin embargo, Lorenzo Gomis subraya que un buen titular puede servir para dos cosas aparentemente contrarias: “para incitar al lector a leer la información que viene a continuación o para darla por leída y continuar adelante. En el primer caso, el lector advierte que la información le interesa lo suficiente como para leerla. En el segundo caso, absorbe la información y se da por satisfecho con lo que el título lo aporta”.  

Y por supuesto el titular es la parte más subjetiva de la noticia porque es consecuencia de la diminuta realidad recortada de otra ya pequeña realidad seleccionada de una inabarcable y gigante realidad donde figura un cúmulo de hechos y dichos. Es subjetivo porque el periodista elige el hecho que merece un gran o pequeño titular y selecciona las palabras con las cuáles describirá aquella primera selección. Por ello, varían los titulares en los medios de comunicación sobre un mismo hecho. Sin embargo, para no caer en la arbitrariedad debe cumplir determinados requisitos, que serán tratados más adelante.

Será que por eso, Percy Tannenbaum señala que el titular “es un buen reclamo, un rótulo luminoso o un guiño pretenciosamente seductor; y, en todo caso, es ya una información y también es una opinión”.
Para Alex Grijelmo, “el título es la mejor credencial de su texto”. Manuel Vigil Vásquez entiende que “el titular es como la definición de una noticia”. En tanto Mar de Fontcuberta escribe que “la primera impresión que recibimos de una noticia suele ser a través de un titular”.

El conocido profesor Martín Vivaldi ironiza sobre posibles errores cometidos en el titular: “A veces,  la manía de la cabeza o encabezamiento traduce un modo de trabajar con los pies”. A propósito, José Javier Muñoz dice que “un mal titular puede arruinar una buena información, pero en ningún caso un título bueno mejora la calidad del texto informativo, aunque sirve para atraer a la lectura”.

Philippe Gaillard advierte que no todos los periodistas aciertan a titular sus textos, por esta razón asegura que en algunos diarios siempre hubo periodistas especializados en titulares, ya que en este arte no brillan todos los redactores con la misma luz y acierto. “Un diario que publicase inmejorables artículos, pero presentados con malos títulos, sería un mal diario, pues… no tendría lectores”, alerta.

Josep Lluis Gómez Mompart cuenta que los diarios avanzados tecnológicamente de Estados Unidos contaban con tres grandes tipos de periodistas: writters, aquellos que recogen la noticia y la escriben; columnistas, los únicos autorizados a comentarla; y copy editors, quienes “pasan” los originales, los corrigen y, eventualmente, los reescriben. A estos últimos les cabía la responsabilidad del título.

En el presente tiempo el primer titular lo escribe el periodista que produce o cubre la noticia y puede ser corregido, mejorado o cambiado, según las circunstancias y en consulta con ese periodista, por el editor de sección o, finalmente, por el Jefe de Redacción o el Director del Medio.

El buen periodista no sólo es aquel que escribe bien y rápido, sino aquel que mientras observa el hecho o hace la entrevista ya tiene en su cabeza el titular o título con el que arrancará la noticia que escribirá. Caso contrario puede significar que estuvo físicamente en el hecho o rueda de prensa, pero no mentalmente, o quizás no entendió la información y por ello aún necesita procesar con la ayuda de su jefe u otros colegas, lo que le pone en condiciones de desventaja a la hora de interpretar el hecho o dicho.

De este modo se entiende por qué el protagonista del relato de Mario Benedetti, “Más o menos hipócritas”, achaca al periodista que lo está entrevistando esta búsqueda del titular: “Lo que sucede es que ustedes a veces simplifican. Quieren una respuesta única, compacta, y por añadidura que sirva para el titular del reportaje. ¿Qué provocó la crisis del Golfo? Y responden la invasión de Kuwait. Y no. Es mucho más complejo”.

Un detalle más en este primer trabajo, una buena noticia casi siempre tiene un buen titular o es fácil de redactarlo; en cambio una noticia intrascendente, generalmente, es muy difícil de titular o al menos buscarle una salida interesarse como suele decirse en el ámbito periodístico.  

Finalmente, es aconsejable escribir el titular antes de comenzar a escribir la noticia, es señal de que el o la periodista sabe lo que está redactando y los límites que tendrá la información; no es totalmente malo poner el titular luego de acabar de redactar la noticia, pero es muy probable que refleje que el o la periodista no sabía que escribía o que escribió hasta que llegó al último párrafo y tiene que volver al primero para poner recién el titular.

Escrito por: Andrés Gómez Vela